26 de octubre de 2013

REPORTAJE || El gol, ese bien escaso.



Transita Las Palmas una vez más por la sombría senda de las dudas, bajo una sospecha que hace brillar las propias incapacidades. El proyecto de ascenso a la 1ª división de Miguel Ángel Ramírez ha ido madurando poco a poco, a base del ensayo/error, como víctima de la mala y buena suerte y también por los aciertos. Ciñéndonos sólo a la etapa del actual presidente amarillo, durante años se señalaba a la parcela ancha como la gran tara de equipo, siempre se afirmó que sin director no hay orquesta que interprete partitura alguna. Así fue durante más de un lustro tras la marcha del gallego Trashorras que, recordemos, llegó al club amarillo fuera de plazo, sin equipo y prácticamente desacreditado para el fútbol patrio, el resto ya es historia. Una búsqueda del santo grial que estaba limitadísima por los rigores económicos de la entidad que muchos jugadores tanteados no deseaban aceptar. La entidad de Pío XII paciente esperó su ocasión conocedora que su camino, iniciado en su día con el proceso concursal, es el único viable económicamente para las entidades modestas. Este año llegó Apoño tras una dilatada espera, llegó al fin el jugador que aporta la estabilidad a una estructura confeccionada con mimo.

Roberto Trashorras.
Pero la posición de mediocentro no fue la única que ha proporcionado quebraderos de cabeza. Hasta la llegada de Mariano Barbosa no se acabó con la sangría que suponía una posición que no tenía un ocupante claro y convincente. Por ella habían pasado un Roberto Santamaría que prometía mucho pero que acabó en una tremenda decepción, como los arqueros argentinos Fabián Assmann y un repescado Nacho Glez. Sin olvidarnos del portero del ascenso a 2ªA ,tantas veces denostado, Pindado.

La zaga ha vivido también de forma irregular la elaboración de diferentes proyectos, tan sólo en los últimos años se podría decir que ha vivido cierta regularidad y estabilidad, aunque aún se recuerdan fiascos como los de Azconzábal, Teté Glez, Corrales, Dani López o Amaral entre otros. Hubo aciertos como los de Matías Lequi, Xabi Castillo (en su 1ª etapa) y el primer Samuel SanJosé como los primeras campañas además de Pignol o el siempre omnipresente David García.

Pero lo que nunca faltó en los recientes proyectos amarillos fue el gol, siempre hubo una gran producción goleadora a veces centrada en un único jugador y en otras con un reparto más coral pero siempre se constataba con números la efectividad. Así se recuerdan los importantes goles para la historia reciente de la entidad de Marcos Márquez, tanto en el ascenso a la categoría de plata como cuando el equipo luchaba con ahínco hasta la última jornada para subsistir en el segundo escalón del fútbol nacional. Pero el delantero sevillano no ha sido el único que ha destacado en la parcela goleadora, se recuerda con fascinación la única temporada de Adrián Colunga vestido de amarillo, como el minero que encuentra una pepita de oro en un mar de fango. El descubrimiento de un imberbe Salomón Rondón que tras una etapa de adaptación destapó el tarro de la esencias con una demostración de esfuerzo, hambre y olfato goleador. Como la llegada de un viejo rockero como Javi Guerrero al que muchos creían, incrédulos ellos, que venía a buscar una dorada jubilación en Gran Canaria. El delantero madrileño demostró en sus años de amarillo todo el fútbol que llevaba dentro: goles, inteligencia táctica y capacidad de asociación. 

Marcos Márquez. ©Marca.com

Y todo esto a pesar que ha habido contrataciones que acabaron siendo auténticos fiascos, imposibles olvidar nombres como Goran Maric, Alberoni, Yuri, Fukuda, Peralta, Chino Losada o Pando. Lo que viene a demostrar que el gol es un bien extraño de encontrar, aún más cuando las telarañas adornan tu cuenta corriente. 

La temporada pasada fue el primer año con Miguel Ángel Ramírez al frente que la probabilidad de ascenso fue algo casi tangible y no el anhelo de una vieja herencia a la que se le deben muchas deudas deportivas. Con alto nivel en cada una de sus líneas, destacó por encima de todas la capacidad goleadora del equipo que fue a la vez coral. Thievy, Vitolo y Chrisantus fueron los 3 protagonistas que superaron los 10 goles en todas las competiciones la temporada pasada. De todos ellos sólo el nigeriano continúa esta temporada bajo la disciplina amarilla. 

Una imagen habitual, Vitolo celebrando un gol.
La comisión deportiva de la UD Las Palmas consciente que se había perdido mucha pegada y gol arriba con la marcha de Thievy y Vitolo, centró sus esfuerzos en reforzar el ataque amarillo. Así llegaron Máyor (con el auspicio de Lobera), Delev, ascendió Asdrúbal al primer equipo y por último Carlos Aranda. Todos ellos , con Tato entre otros, debían de hacer olvidar a los que ya no están aportando sus goles. Cierto es que en prácticamente nada se parecen unos a otros, siendo beneficioso disponer en la plantilla delanteros de diferentes perfiles aportando versatilidad al ataque amarillo. Esas eran las previsiones a 1 de Septiembre, nada más acabar el mercado veraniego. 

Pero una previsión no es un acierto, y eso en la entidad amarilla se conoce bien. Tras diez jornadas, y consultando las estadísticas oficiales de la LFP,  se constatan unos números que sólo tienen una interpretación posible: la UD está huérfana de gol, al menos en competición de Liga. Los números arrojan 8 goles, todos ellos anotados por 8 jugadores diferentes. Exiguo reparto coral para un promedio de menos de un gol por partido (0,80 exactamente). Si bien en la Copa la cifra se dispara a 6 goles en dos partidos, una auténtica locura en comparación con el promedio liguero, el reparto también es coral: no hay jugador que repita grito goleador hasta ahora. Cruzando los datos destacan cuatro nombres con dos goles (uno por competición) entre todos ellos: Tana, Masoud, Asdrúbal y Chrisantus. 

Chrisantus de cara al gol.
Las Palmas genera, pese a su irregular nivel fútbolístico, fútbol y ocasiones. Juan Carlos Valerón es el jugador con más pases acertados (526) de una plantilla que suma en total 5.064, siendo así la 4ª de la categoría tras equipos como el Barça B o Lugo. Lo que reafirma la apuesta por un fútbol elaborado que derive en ocasiones de gol. Pero he aquí el principal problema del conjunto de Sergio Lobera, su producción goleadora. Porque la capacidad de generar ocasiones es, a pesar de los altibajos en el nivel del juego amarillo, irrefutable: 99 disparos, prácticamente los mismos que el Recreativo de Huelva, actual líder. No obstante la diferencia de goles, ahí sí, es abismal con 21 goles por parte del club decano destacando como máximo goleador Arana con siete gritos en su cuenta particular.

¿Dónde puede originarse esta carencia goleadora? No hay una respuesta clara, pero sí pistas que pueden conducir ella. Una, la más clara posiblemente, es que a pesar de contar con una extensa nómina de delanteros prácticamente ninguno destaca actualmente por ser un auténtico killer del área. Quizás sea Chrisantus el único que, en datos recientes, pueda despegarse de esta afirmación con el mayor promedio goleador de la plantilla: 0,27 goles por partido la temporada pasada.  Máyor la pasada campaña anotó 7 goles en 36 partidos, dando de sí un promedio de 0,19 goles por partido. Delev con una trayectoria prometedora aunque irregular tan sólo ha anotado siete goles en los últimos 30 partidos disputados entre Las Palmas, CSKA Sofía y el M. Idmanyurdu en los últimos 18 meses, mejorando por muy poco el promedio de Máyor con 0,23 goles por partido. En el caso de Carlos Aranda el promedio de sus dos últimas temporadas es de 0,08 para un total de 4 goles en 49 partidos. Pero si nos ceñimos a su última campaña éste se precipita a un irrisorio 0,05 (17 partidos, 1 sólo gol). 

Con los datos en la mano la pregunta es obvia: ¿Realmente se ha fichado gol?. La respuesta es clara e inequívoca: No. Un no claro y rotundo. Pero el fútbol no sólo es estadística, y si bien las cifras goleadoras de Máyor son mejores en 2ªB que en 2ªA, Delev parece haberse frenado en su meteórica progresión y la mejor época de Aranda parece quedar ya muy lejana, todos ellos ha ido destilando gotas en estas primeras jornadas que deben de aportar tranquilidad. 

Aranda, mucho más que gol.
Si actualmente se echa de menos a Carlos Aranda no es por sus goles vestido de amarillo, sino por las variantes que ha aportado en sus únicos 3 partidos jugados, su capacidad de asociación o de arrastrar defensas por ejemplo. A Máyor se le debe valorar también el desgaste que provoca en el defensa rival, su capacidad para generar segundas jugadas aguantando el balón como pivote o bajándolo del cielo, he ahí un punto a favor suyo. Delev entre lesiones y convocatorias internacionales no ha podido disputar muchos minutos, pero ha dejado buenas sensaciones con su verticalidad, garra y entrega. Al búlgaro habrá que valorarlo con fundamentos cuando disponga de regularidad, la misma que se ha ganado Asdrúbal con un fútbol parecido. Sus arrancadas desde banda, su verticalidad, entrega, presión al rival, su capacidad para romper el status quo en partidos muy reñidos se valora muy por encima por sus 2 goles en 10 partidos jugados hasta ahora. Y Chrisantus, siempre quedará el nigeriano que demuestra cuando aparece que siempre está presente aunque todos le crean ausente. Su última aparición en Copa mostró en seleccionadas gotas de lo que es capaz con su gol y la asistencia de tacón a Tana. ¿Hay que esperarle? ¿Tenerle paciencia? Por supuesto, se lo ha ganado. 

Esta carencia goleadora ya arroja titulares en  la prensa donde se menta supuesto interés en otros goleadores, como Ángel Rodriguez. A pesar que los números son fríos, arrojan una realidad irrefutable pero también interpretable porque el fútbol no sólo son cifras, promedios y estimaciones. No conocemos ningún campeonato de matemáticas que desborde ni una cuarta parte de pasión que el fútbol, ni que como éste esté tan supeditado a tantas variables tan incontrolables como impredecibles. Sergio Lobera no tiene a su disposición un extenso arsenal, ni anda sobrado de pólvora tampoco, pero sí tiene suficientes recursos como para que su equipo mejore su producción goleadora. Las ocasiones se generan, éstas llegan, queda por mejorar la efectividad, y aún mejor, la eficiencia de cara a puerta: lograr los mejores resultados con el menor coste. 

"A veces en el fútbol tienes que marcar goles"
(Thierry Henry)




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